Pronto se sentará en la silal que el pueblo le dio por medio del voto
Estos son los golpistas, no los olviden
Texto tomado de AFP
Por Ana Fernández y Noé Leiva.
TEGUCIGALPA — Representantes del presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, y del mandatario de facto, Roberto Micheletti, firmaron el viernes el acuerdo para poner fin a la crisis política y lo entregaron al Congreso para que se pronuncie sobre la restitución del primero.
"Ya está el acuerdo totalmente firmado", dijo el representante de la delegación de Zelaya, Rodil Rivera, al llegar al Congreso, tras acabar de negociar los flecos pendientes.
El texto se llama Acuerdo Tegucigalpa-SanJosé-Diálogo Guayamuras (el nombre que tenía Honduras antes de que llegaran los españoles) e incluye un calendario de aplicación cuyos detalles todavía no se conocen.
Vilma Morales, negociadora de Micheletti, dijo a la AFP que todavía falta fijar la fecha para que los 128 diputados de la Cámara den su fallo definitivo que ponga fin a una crisis política que ha fracturado a la sociedad hondureña desde el golpe de Estado del 28 de junio.
Después de semanas de arduas negociaciones, la delegación enviada el miércoles por la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, encabezada por su responsable para América Latina, Thomas Shannon, consiguió suavizar unas posiciones que parecían irreconciliables.
El presidente de facto aceptó la noche del jueves el acuerdo para restituir a Zelaya, previo consentimiento del Congreso, desbloqueando la crisis.
"El Congreso Nacional tomará la decisión de restituir o no al depuesto presidente Manuel Zelaya, conforme lo que establece la Constitución y las leyes hondureñas", dijo el presidente del Congreso, Alfredo Saavedra, a la prensa.
Una vez entregado a la secretaría, Saavedra deberá convocar a "la junta directiva y a los jefes de bancada para conocer el contenido todos" y luego continuar con el procedimiento.
La resolución final se emitirá mediante un decreto, puesto que es "la única forma que tiene carácter vinculante", agregó Saavedra.
"Es un primer paso para concretar mi restitución que tendrá que sufrir varios momentos. Yo soy un optimista moderado", declaró a la AFP el presidente constitucional desde la embajada de Brasil, donde se refugia desde que llegó al país clandestinamente el 21 de septiembre.
Su restitución "tiene que ser mucho antes de las elecciones para poder validarlas", anticipó, en referencia a los comicios presidenciales del 29 de noviembre.
El acuerdo está lleno de limitantes para Zelaya, que ha tenido que renunciar a su pretensión de reformar la Constitución, y contempla la creación de un gobierno de reconciliación nacional y sendas comisiones para verificar el cumplimiento del acuerdo e investigar los sucesos que de antes, durante y después del golpe de Estado que lo expulsó a Costa Rica, entre otros puntos.
El medio millar de partidarios de Zelaya que acudieron al Congreso en el centro de Tegucigalpa para celebrar este acuerdo advirtieron al presidente que salga de las urnas el 29 de noviembre que seguirán su lucha "por la Constituyente, como movimiento social a nivel nacional".
Micheletti solicitó a la comunidad internacional que derogue las sanciones contra Honduras y envíe observadores internacionales a las elecciones.
El acuerdo fue recibido con gran alivio por la comunidad internacional, que ha luchado con denuedo para restablecer el orden constitucional en Honduras.
Shannon calificó de "héroes de la democracia" a los negociadores y alabó el "liderazgo político de Zelaya y Micheletti" que permitió alcanzar una solución, mientras desde Pakistán, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, hablaba de del "histórico acuerdo".
Por Ana Fernández y Noé Leiva.
TEGUCIGALPA — Representantes del presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, y del mandatario de facto, Roberto Micheletti, firmaron el viernes el acuerdo para poner fin a la crisis política y lo entregaron al Congreso para que se pronuncie sobre la restitución del primero.
"Ya está el acuerdo totalmente firmado", dijo el representante de la delegación de Zelaya, Rodil Rivera, al llegar al Congreso, tras acabar de negociar los flecos pendientes.
El texto se llama Acuerdo Tegucigalpa-SanJosé-Diálogo Guayamuras (el nombre que tenía Honduras antes de que llegaran los españoles) e incluye un calendario de aplicación cuyos detalles todavía no se conocen.
Vilma Morales, negociadora de Micheletti, dijo a la AFP que todavía falta fijar la fecha para que los 128 diputados de la Cámara den su fallo definitivo que ponga fin a una crisis política que ha fracturado a la sociedad hondureña desde el golpe de Estado del 28 de junio.
Después de semanas de arduas negociaciones, la delegación enviada el miércoles por la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, encabezada por su responsable para América Latina, Thomas Shannon, consiguió suavizar unas posiciones que parecían irreconciliables.
El presidente de facto aceptó la noche del jueves el acuerdo para restituir a Zelaya, previo consentimiento del Congreso, desbloqueando la crisis.
"El Congreso Nacional tomará la decisión de restituir o no al depuesto presidente Manuel Zelaya, conforme lo que establece la Constitución y las leyes hondureñas", dijo el presidente del Congreso, Alfredo Saavedra, a la prensa.
Una vez entregado a la secretaría, Saavedra deberá convocar a "la junta directiva y a los jefes de bancada para conocer el contenido todos" y luego continuar con el procedimiento.
La resolución final se emitirá mediante un decreto, puesto que es "la única forma que tiene carácter vinculante", agregó Saavedra.
"Es un primer paso para concretar mi restitución que tendrá que sufrir varios momentos. Yo soy un optimista moderado", declaró a la AFP el presidente constitucional desde la embajada de Brasil, donde se refugia desde que llegó al país clandestinamente el 21 de septiembre.
Su restitución "tiene que ser mucho antes de las elecciones para poder validarlas", anticipó, en referencia a los comicios presidenciales del 29 de noviembre.
El acuerdo está lleno de limitantes para Zelaya, que ha tenido que renunciar a su pretensión de reformar la Constitución, y contempla la creación de un gobierno de reconciliación nacional y sendas comisiones para verificar el cumplimiento del acuerdo e investigar los sucesos que de antes, durante y después del golpe de Estado que lo expulsó a Costa Rica, entre otros puntos.
El medio millar de partidarios de Zelaya que acudieron al Congreso en el centro de Tegucigalpa para celebrar este acuerdo advirtieron al presidente que salga de las urnas el 29 de noviembre que seguirán su lucha "por la Constituyente, como movimiento social a nivel nacional".
Micheletti solicitó a la comunidad internacional que derogue las sanciones contra Honduras y envíe observadores internacionales a las elecciones.
El acuerdo fue recibido con gran alivio por la comunidad internacional, que ha luchado con denuedo para restablecer el orden constitucional en Honduras.
Shannon calificó de "héroes de la democracia" a los negociadores y alabó el "liderazgo político de Zelaya y Micheletti" que permitió alcanzar una solución, mientras desde Pakistán, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, hablaba de del "histórico acuerdo".